Qué es el masaje tailandes

El masaje tailandés es un conjunto de técnicas de trabajo corporal que forman parte de la medicina tradicional tailandesa. Simplificando, podríamos decir que las técnicas se basan en presiones y estiramientos pasivos a lo largo de todo el cuerpo.

Las presiones

utilizamos un amplio abanico de presiones en función de la fuerza requerida o de la cualidad de contacto que buscamos. Presiones con pulgar, mano, codo, rodilla, pies…Las mismas nos permiten descargar adecuadamente cualquier zona del cuerpo.

Estiramientos pasivos o Yoga asistido

Este trabajo corporal se ha popularizado por sus estiramientos asistidos muy similares al yoga. En ellos el terapeuta asiste al cliente para que estire las partes deseadas. EL estiramiento da lugar a una sensación de relajación mas profunda. Permite el equilibrio del cuerpo de forma más integral relacionando unas partes con otras.

Además, podemos encontrar: manipulación de articulaciones, elementos de quiropráctica, conocimiento y uso de bálsamos herbales, pindas hermales medicinales, Tok Sen, y más técnicas que lo completan y enriquecen.

La meditación

Es característico de esta trabajo que haya un trasfondo meditativo. La actitud ante el masaje estará moldeada por un fuerte acento en la escucha, quizás como elemento terapéutico determinante. Para ello el entrenamiento en escucha y meditación, tan característico de la cultura tailandesa, nos ayudará a estar más presentes y atentos al encuentro que está sucediendo. Es aquí donde el masaje se convierte en algo más, y por muchos se considera  un arte, si arte es todo aquello que esta hecho desde el corazón.

Ritmo y centro

El trabajo es desde nuestro centro de energía , utilizando el peso de nuestro cuerpo en vez de apretar con nuestras manos. Dejando caer el peso repetidamente, con confianza y escucha sobre las zonas a tratar, vamos entrando, dador y receptor, en un ritmo…un trance sutil, que coordina las respiraciones, y convierte de nuevo el masaje en una danza, de la que ambos saldrán renovados y vivificados.
En el trabajo clásico de este masaje se el receptor pasa por cuatro posiciones, supino, lateral, prono y sentado, finalmente. Es un trabajo en detalle. Se trabaja desde los pies a la cabeza, todas las partes del cuerpo…cuanto más se adentra uno en el cuerpo, más rincones y espacios va encontrando y se van abriendo. Al finalizar el receptor tiene la sensación de que todo su ser ha sido tocado, ya que no nos centramos en una área patológica. El cuerpo, todo, adquiere protagonismo, y sentirlo pulgar a pulgar, nos hace reapropiarnos del mnismo.